"Ûdî en el historiador árabe Mas conserva (ver Les Prairies oro, Ed. B. de Meynard y Pavet de Courteille, París, 1861, Tom. II. p. 425 FF) una curiosa leyenda de los talismanes que eran empleadas por Alejandro Magno para proteger la ciudad de Alejandría, mientras se estaba construyendo, y como la leyenda es de origen egipcio, y se remonta a un período no muy removido de que en el cual se hizo la estela de Metternich, es digno de mención.
Cuando los cimientos de la ciudad habían sido colocados, y las paredes habían comenzado a subir, ciertos animales salvajes subió cada noche desde el mar, y arrojó al suelo todo lo que había sido construido durante el día; vigilantes fueron nombrados para echarlos, Pero a pesar de ello cada mañana vi el trabajo realizado durante el día anterior destruido.
Después de pensarlo mucho Alexander ideó un plan por el que él podría frustrar los monstruos marinos, y procedió a llevarla a efecto.
Hizo una caja de diez codos de largo y cinco codos de ancho con partes hechas de láminas de vidrio sujetado en marcos por medio de la echada, resina, etc..
En este cuadro de Alexander se colocó, junto con dos proyectistas hábiles, y habiendo sido cerrado fue remolcado hacia fuera al mar por dos buques; y cuando pesas de hierro, plomo, y piedra hubiera estado permeada por el bajo parte, comenzó a hundirse, siendo guiado al lugar que Alexander deseaba alcanzar por medio de cuerdas que trabajaron desde las naves.
Cuando el cuadro tocó el fondo del mar, Gracias a la claridad de los lados de cristal y el agua del mar, Alexander y sus dos compañeros fueron capaces de ver los varios monstruos marinos que pasaron por, y vio que aunque tenían cuerpos humanos que tenían las cabezas de las bestias; algunos tenían ejes, algunos tenían las sierras, y algunos tenían martillos, y muy cerca se asemejaron a obreros.
Ya pasaron por delante de la caja de Alexander y sus dos proyectistas copiaron sus formularios en papel con gran exactitud, y describe sus semblantes horribles, y estatura, y la forma; Este hecho, se hizo una señal, y el cuadro se elaboró a la superficie.
Tan pronto como Alexander alcanzó la tierra ordenó su piedra y los trabajadores del metal para hacer reproducciones de los monstruos marinos según los dibujos que él y sus amigos habían hecho, y cuando terminaron hizo a establecerse en un pedestal a lo largo de la orilla del mar, y continuó su trabajo de construcción de la ciudad.
Cuando llegó la noche, los monstruos marinos aparecieron como de costumbre, Pero en cuanto vieron que las cifras de los mismos habían puestas en la orilla volvieron a la vez al agua y lo declarase no ellos mismos otra vez.
Cuando, sin embargo, la ciudad había sido construida y fue habitada, los monstruos marinos hicieron su aparición otra vez, todas las mañanas un número considerable de personas encontraron a faltar y; para evitar este Alexander colocado talismanes en los pilares que, Según ûdî Mas, ¿Hubo en su día.
Cada pilar era la forma de una flecha y ochenta codos de altura, y descansado sobre un zócalo de latón; los talismanes se colocaron a sus bases, y en la forma de figuras o estatuas de ciertos seres con inscripciones convenientes, y como se pusieron en posición después de cuidadosos cálculos astronómicos se hizo con el propósito podemos asumir que producían el efecto deseado por el rey.
E.A. Wallis Budge, Magia egipcia, Londres, 1901. PP. 147-56